El
mundo del deporte gira en torno a los éxitos, las medallas y los
trofeos. Tiene una magia especial que hace que adultos y pequeños
vivamos goles o carreras como si fueran nuestras. Se ponen grandes
expectativas en los deportistas, y cualquier fracaso se vive como una
auténtica desgracia.
Desde
muy jóvenes, nuestros deportistas comienzan a entrenarse durante largas
horas para adquirir la técnica, la táctica o el físico que les hará
estar primeros en la clasificación o quedarse a las puertas de
selecciones, grandes torneos o de la marca para poder competir. Ellos
mismos saben que pueden llegar muy alto, pero también siente la presión
de padres, entrenadores, aficionados y hasta de la fama.